Una de las cosas que más me costó adaptar cuando decidí dejar de comer carne y dejar de comprar queso fueron las tostadas, bocatas y sándwiches. Hasta la fecha, el pan siempre había ido acompañado de productos derivados de los animales y de repente me vi con un «pan con pan comida de tontos«!
Pero como soy una mujer de recursos, decidí ponerme manos a la obra y buscar alternativas que me gustasen tanto o más, y que además, me sentasen mucho mejor. Y debo admitir que las encontré, y hoy las comparto por si le pueden servir a alguien más de inspiración 🙂
Allá vamos!
- Aguacate, pimienta & sal: de mis opciones favoritas, fácil de preparar además de llena de nutrientes y grasas buenas. Podemos añadirle además tomate, lechuga o pepino (o todo) y preparar un bocata vegetal completo.
Hummus: uno de mis descubrimientos estrella. Podemos comprarlo en el super o prepararlo en casa en un par de minutos (receta aquí) y almacenarlo en un tarro de cristal. Dura unos 5 días y tan solo con un poco de pimentón por encima está genial.
Olivada: o paté de olivas, es una pasta hecha con aceitunas (negras o verdes). Es perfecta para acompañar a unas tostas ya que tiene un sabor fuerte riquísimo.
4. Patés de verduras: estos los he descubierto en Alemania, pero estoy segura de que en España también serán fáciles de encontrar en tiendas de comida saludable. Son patés hechos básicamente con verduras asadas, champiñones y algunos también con anacardos & semillas. Llenos de nutrientes y vitaminas y sin grasas innecesarias.
Tener opciones como estas listas en el frigorífico nos ayudará a tener siempre a mano una opción saludable para cuando no tengamos demasiado tiempo para preparar grandes manjares. Estos son por el momento mis preferidos, que en el día a día tengo siempre al alcance & me encantan. ¿Alguna recomendación?
Nos vemos & leemos!
Ma.