Esta fue una de mis recetas «por necesidad». En el intento de buscar alternativas a la leche de vaca siempre aparece la leche de soja como primera opción. Para empezar a cambiar no esta nada mal, ya que existe en diferentes versiones y sabores (light, sabor vainilla, café, chocolate…) y ayuda a acostumbrarnos a su sabor. Después de consumir litros y más litros de esta en cafés, tartas y con cereales, decidí ampliar la gama y probar otras leches vegetales. Empecé a probar con la leche de avena, leche de arroz y finalmente con la de almendras. Con esta última llegó mi gran decepción, conociendo de primera mano el sabor de las almendras mi paladar era incapaz de aceptar el sabor a jarabe de la que me vendían en el supermercado, así que me puse manos a la obra (martillo en mano, literalmente como prueba la foto) y empecé a pelar almendras para hacer mi propia leche de almendras. El resultado fue tan bueno, que lo tengo que compartir. Ahí va!
¿Qué se necesita?
- 1 vaso de de almendras sin piel
- 3 vasos de agua
- 1 filtro para café
¿Cómo se hace?
- Si las almendras son con piel, tendrás que escalfarlas en agua hirviendo para poder retirarles la piel fácilmente.
- Dejar las almendras a remojo durante la noche anterior.
- Introducir las almendras sin piel en el vaso de la batidora con el agua y batir hasta que queden todas desintegradas.
- Colar la leche de almendras primero con un colador y mas tarde con un filtro de café para que no queden grumitos.
- Verter en una botella de cristal con tapón y conservar en el frigorífico.
¿Algún truco?
A la leche de almendras se le puede añadir sabores para ir variando. Después de batir las almendras con el agua puede añadirse vainilla en polvo, canela o incluso cacao para darle un sabor diferente. Se bate un minuto más para que quede bien integrado y listo!
🙂
Ma.
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